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Alcanza tus metas y objetivos

Una de las herramientas que usan las empresas para dirigir la fuerza de trabajo en una dirección determinada es mediante la definición de objetivos. Esta herramienta también nos puede beneficiar tremendamente en nuestra vida privada, así que vamos a ver no sólo cómo definirlos correctamente, sino cómo tener éxito en su consecución.

Mucha gente se plantea objetivos como mucho por año nuevo, en forma de propósitos tales como dejar de fumar, hacer ejercicio regularmente o dedicar más tiempo para la familia. Aún siendo objetivos que de cumplirlos serían claramente beneficiosos, es bastante común fracasar estrepitosamente incluso antes de empezar.

Las razones por las que no llegamos a alcanzar los objetivos son múltiples y muchas veces no somos conscientes de ellas. Achacamos a nuestra falta de voluntad el fracaso, lo cual no es del todo cierto. Aunque a pura fuerza de voluntad es posible lograr cualquier meta, si lo hacemos mediante una metodología ordenada, la perspectiva cambia desde el sentimiento de estar luchando contra viento y marea hacia otra perspectiva en la cual tenemos un camino marcado que simplemente hay que recorrer.

Puesto así parece sencillo, ¿verdad? Hay que recordar que de todas maneras es necesario que tú recorras el camino por tu propio pie, además hay que decidir la ruta, preparar todo lo que sea necesario, y prever los posibles contratiempos para no sucumbir a las primeras de cambio.

Beneficios

Posiblemente te estarás preguntado para qué tomarse la molestia de plantearse objetivos y demás, con lo bien que se está en el sofá con la tele y una cerveza. Bueno, es que esta web no va de eso. Si lo que quieres es pasar el rato, mejor ver el muchachada nui :).

Estos son algunos de los beneficios. Seguro que se te ocurre alguno más:

  • Aprovechar mejor el tiempo.
  • Satisfacción de lograr metas.
  • Conseguir mejoras en aspectos personales concretos que requieren de nuestra atención.
  • Sentimiento de llevar las riendas de la vida.

Fijar metas

Las metas las definiría como objetivos a largo plazo. Es muy fácil dejarse llevar por el día a día sin darse cuenta que estamos dando vueltas en círculo sin llegar a ningún lado. Párate a pensar qué quieres conseguir en esta vida.
Fijarnos metas nos da perspectiva, y nos ayuda a definir objetivos relevantes para nosotros mismos, que nos permitan ir a más y alcanzar mayores niveles de bienestar.
Fíjate metas en los principales aspectos de la vida, y haz algunas reflexiones para ir perfilando objetivos a cumplir. Aquí van unas sugerencias:

  • Salud: Con el tiempo el cuerpo se degrada, es ley de vida. Piensa en qué estado quieres llegar cuando llegues a una edad respetable.
  • Profesional: Piensa en tus aspiraciones, define una carrera laboral hasta la cumbre. ¿Estás satisfecho actualmente? ¿Cuál sería el siguiente paso a dar?
  • Jubilación: Con las pensiones menguantes y retraso de la edad de jubilación, no está de más tener un plan de pensiones complementario a lo que ofrece la seguridad social. ¿De cuánto dinero te gustaría disponer en tu jubilación? Nunca es demasiado temprano para empezar a ahorrar con este fin.
  • Familia: Tal vez quieras establecer una familia, tener X hijos, vivir con/cerca de tus/sus padres o no…
  • Educación: Hoy en día no es suficiente con hacer una carrera o especialidad. Mejor complementar tus estudios con un máster o doctorado. ¿Cómo se te da el inglés? Invierte contínuamente en formación, hoy en día las cosas cambian y se producen avances tecnológicos a una velocidad vertiginosa.
  • Círculo social: Considera el nivel de satisfacción de tu vida social y cómo quieres que sea en el futuro.
  • Recreación y cultura: Viajar a otros países, leer libros, dedicar tiempo al ocio y esparcimiento son actividades que nos permiten refrescar la mente y no acabar “quemados”.

Esta lista es una propuesta, la puedes ampliar o recortar a tu conveniencia. Tal vez quieras considerar otros aspectos como caridad, dinero y finanzas, espiritualidad, etc.

Una vez sabemos a dónde queremos llegar con toda la perspectiva posible, es el paso de empezar a definir objetivos concretos en detalle.

Objetivos inteligentes

El primer escollo cuando nos proponemos objetivos es no definirlos correctamente. Los tres ejemplos indicados en el segundo párrafo del artículo son ejemplos de objetivos mal definidos, como veremos son demasiado abiertos lo cual es un billete de ida con destino al fracaso.

En la jerga de gestión empresarial, un objetivo bien definido debe ser SMART, que viene a significar algo así como “inteligente”, y no es más que el acrónimo en inglés de eSpecífico, Medible, Alcanzable, Relevante y en un Tiempo limitado. Españolizando el acrónimo, podríamos decir que los objetivos han de venir de MARTE.

Veamos cómo se aplican estos conceptos:

Específico

Ejemplo típico: “quiero adelgazar”. Ok. No es nada específico, ¿verdad? Cuántos quilos quieres perder? En cuánto tiempo? Qué método vas a utilizar? Dieta? En qué consistirá la dieta? Deporte? Cuántas veces a la semana? Cuántas horas vas a dedicar? Mira la agenda. Cuándo lo vas a hacer? Espero que vayas cogiendo la idea.

Medible

Ejemplo: “Este año voy a ser más feliz”. Fabuloso, pero eso como se mide? ¿Qué te hace falta para ser feliz? ¿Tener más tiempo libre? ¿Tener más dinero? ¿Tener pareja? Convierte esos objetivos abstractos en otros que se puedan medir en horas, kilos, euros, etc. y fija siempre la cantidad objetivo.

Alcanzable

Asegúrate que tienes los recursos necesarios para conseguirlo, o que los puedes conseguir. Sé exigente, pero tampoco te pidas un imposible. Márcate objetivos que estén al límite o incluso un pelín más allá de lo que creas poder conseguir (siempre que sea saludable, claro).

Relevante

En mucha literatura indican Realista en lugar de Relevante, pero al consistir prácticamente en lo mismo que Alcanzable, prefiero usar este otro adjetivo ya que puede aportar más utilidad.

Piensa si realmente vale la pena el esfuerzo y quieres conseguir ese objetivo, no fijes objetivos por el hecho de fijar algo. Contrasta el objetivo con tus metas en la vida.

Hazte una autoevaluación y decide en qué áreas de tu vida quieres ver mejoras. Si ya estás cachas, en lugar de fijarte objetivos que impliquen más horas de gimnasio, tal vez te convengan más otros que impliquen aprender algo nuevo, tener más ingresos, etc.

Limitado en el Tiempo

Márcate una fecha límite, y marca también hitos (sub-objetivos parciales a lo largo del tiempo) que te obliguen a seguir trabajando cada día un poco para que en esa fecha se cumpla. Si no nos marcamos fechas límite, nos asaltará implacablemente el síndrome de dejarlo para después con el nefasto resultado de no empezar nunca.

Revisa los objetivos que te has propuesto, o proponte alguno ahora, y aplica estos conceptos que hemos visto. ¿Tus objetivos son marcianos? Añade toda la información que haga falta para hacerlos lo más “extraterrestres” que puedas ;).

Horizontes temporales

Una buena táctica es hacer objetivos con distintos horizontes temporales. Márcate objetivos a cumplir durante los próximos 20 años, 5 años, 1 año, 6 meses, 1 mes, 1 semana, fíjate tareas a realizar cada día. Empezar por las metas y objetivos a años vista nos ayuda a tener perspectiva y fijar los objetivos más próximos alineados con nuestros anhelos vitales.

Si tus objetivos a corto plazo no tienen relación alguna con los de largo plazo quizás hay algún aspecto en tu vida que no has tenido en cuenta. Haz introspección para averiguar de dónde proviene la divergencia y realiza ajustes si lo crees necesario.

Planificando objetivos

Menuda faenita os estoy dando con el tema. No os preocupéis, que el esfuerzo merecerá la pena.

Por escrito

Lo primero que hay que hacer con nuestras metas y objetivos es escribirlos. Las palabras se las lleva el viento, pero el papel aguanta todo. El disco duro también sirve, pero recuerda hacer copias de seguridad de vez en cuando de tus documentos ;).

John Goddard escribió a los 15 años una lista de 127 objetivos tal como escalar los mayores picos del mundo, despegar y aterrizar en portaaviones, o dar la vuelta al mundo en barco, de los cuales ha cumplido 109. Si no los hubiera escrito seguro que se le habría olvidado alguno ;).

El plan

Lo siguiente es redactar el plan de acción para cada uno. Posiblemente haya que descomponer un objetivo complejo en varios sub-objetivos. Por ejemplo, en el caso de querer adelgazar, un objetivo sería mejorar los hábitos alimenticios, en el que nos marcaríamos qué dieta a seguir y eliminar la comida basura de nuestras vidas (es decir, de la despensa), y por otro lado podría ser complementarlo con un objetivo de hacer gimnasia una hora cada día.

Si el objetivo es prolongado en el tiempo habrá que dividirlo en hitos para mantener la tensión y no caer en la tentación de postergar la acción al disponer de demasiado tiempo.

Priorizar

Al fijarnos objetivos, inexorablemente implicará que tengamos que hacer cambios en nuestras costumbres diarias. Un cambio por definición implica la transformación o substitución de una cosa por otra. El cambio conlleva un compromiso de lo que queremos hacer con lo que veníamos haciendo hasta ahora.

Habrá que renunciar a cosas que veníamos haciendo hasta ahora. Esta es otra razón por la que fallamos al ponernos objetivos, es no tener en cuenta las cosas a las que renunciamos. Si no lo pensamos conscientemente, estaremos quitando tiempo a otras actividades sin caer en la cuenta, lo que nos provocará resistencia interna, llegando incluso a evitar que empecemos a actuar en absoluto por la simple razón de falta de tiempo.

Por lo tanto, hay que realizar conscientemente una priorización de las actividades que hacemos y que queremos hacer, para dar cabida a lo que sea importante para nosotros. ¿Estás dispuesto a sacrificar tiempo de ocio, de sueño o de alguna otra actividad?

Seguimiento

Para ser rigurosos es necesario realizar un seguimiento para ver cómo progresamos en el cumplimiento de nuestros objetivos. Al finalizar el día revisa cómo han quedado las tareas de hoy, y echa un vistazo a lo que tienes para mañana. Lo mismo al finalizar la semana, el mes, el año, etc., valora el nivel de consecución.

Periódicamente (cada 3 o 6 meses, o cuando lo creas necesario) revisa los objetivos a largo plazo, el grado de cumplimiento, revisa si ha habido algún cambio que te lleve a replantearte los objetivos actuales. Recuerda que los objetivos no tienen por qué ser inmutables, los podemos cambiar según las circunstancias. Es normal que no atinemos y establezcamos objetivos demasiado fáciles o demasiado difíciles, o que nos surja un cambio inesperado en nuestras vidas que nos haga replantear nuestros valores, intereses o posibilidades.